viernes, 24 de octubre de 2008

Economía y mundo físico

Oscar Martínez


A partir de la lectura de una entrevista a José Manuel Naredo (1), me gustaría comentar brevemente la relación que existe entre la economía y el mundo físico, el mundo de lo real.

He observado que los análisis sobre la actual crisis financiera en los medios de comunicación se quedan todos en la superficie. Todos parecen responder a la creencia según la cual la evolución económica es independiente de lo que acontece en el mundo físico. La “ciencia económica” se convierte así en ciencia de lo virtual. Por otra parte, la economía real, aquella que se encarga de producir los bienes y servicios necesarios para la vida, está casi por completo subordinada a la economía financiera, la economía del dinero. Hasta tanto es así, que sólo el 10% del total del dinero circulante corresponde a bienes reales. El resto es una invención de los agentes económicos que operan en los mercados bursátiles y en las entidades financieras. Ello significa que, si de repente, una parte considerable de las personas que disponen de dinero en el mundo quisieran convertir este dinero en cosas tangibles, el mercado no sería capaz de responder a este súbito incremento de la demanda por la sencilla razón de que no habría suficientes de estas cosas.

Para entender cómo hemos llegado hasta aquí, Naredo llama la atención sobre la evolución del pensamiento económico durante el siglo XIX, evolución que llevó a una ruptura de la relación existente entre la economía y el mundo físico. A partir de ese momento, que coincide con los inicios de la extracción industrial de combustibles fósiles, la economía deja de depender de la tierra, es decir, de los procesos naturales:

“El término producción funciona justamente como una pantalla que oculta lo que hace la civilización industrial. Es decir, oculta precisamente que ésta se ha separado, por primera vez en la historia de la humanidad, de la fotosíntesis y de todas las producciones renovables asociadas, tal y como hace la biosfera que está unida a la fotosíntesis y a todos los ciclos naturales conexos.”

Es entonces cuando, gracias al poder energético acumulado durante millones de años en los combustibles fósiles, la producción de cosas deja de depender de los ritmos naturales. La actividad económica aumenta espectacularmente; todos conocemos esa parte de la historia porque nos la han inoculado en nuestra mente en el colegio, pero tendemos a olvidar que también aumenta la generación de desechos, y aumenta a una velocidad que la naturaleza no puede seguir. Hemos roto, por primera vez en la historia, aquello que permite la regeneración automática de la vida:

“el problema es que los ciclos de materia y de energía ya no cierran. A diferencia de lo que hace la biosfera, donde todo es objeto de utilización posterior, donde los desechos vuelven a convertirse en recursos, desde el ciclo hidrológico hasta el ciclo del carbono.”

Uno de los aspectos que más rotundamente demuestran la disparidad entre los ritmos de crecimiento económico y los ritmos de la naturaleza es la extracción de fuentes de energía de procedencia fósil. Lo que la Tierra ha tardado millones de años en producir, el ser humano lo está consumiendo, hasta llegar a agotarlo, en menos de dos siglos.

“En realidad, el petróleo es el fruto de la fotosíntesis en un lejano pasado, son microfósiles marinos, vegetales y animales, con una antigüedad de muchos millones de años. Se sabe con toda claridad que los ritmos de extracción en algo más de un siglo son inconmensurables con los ritmos geológicos de su formación a lo largo del tiempo.”

Los combustibles de origen fósil (petróleo, carbón y gas natural) proporcionan un 85% del consumo mundial de energía (2). En concreto, el petróleo representa un 40% del total. Es obvio que si esta fuente de energía se agotase, ello representaría un enorme contratiempo para la economía global. De hecho, algo más que un “contratiempo” en los países llamados “desarrollados”, donde la dependencia del petróleo es total. Fue la existencia de grandes reservas de petróleo de fácil y barata extracción lo que permitió el crecimiento económico sin parangón en la historia que se dio en el siglo XX. Su agotamiento, seguido del de los otros dos combustibles, supondrá el fin inexorable del modelo económico actual.

Alguien dirá que las energías renovables, o la energía nuclear, pueden, con el tiempo, sustituir a las de origen fósil, permitiendo la continuidad indefinida del crecimiento económico, pero no es así ni mucho menos. Según Pedro Prieto (3), que las energías renovables puedan sustituir algún día al petróleo como principal fuente energética, manteniendo los niveles de producción y consumo actuales, es una utopía. Los enormes costes de la conversión a las nuevas formas de generación de energía suponen un formidable obstáculo, pues dicha conversión ya supone un inmenso gasto energético. Pero lo más importante es que si es difícil que las energías renovables lleguen a aportar la cantidad de energía que se necesita para mover el mundo ahora, en la actualidad, mucho peor lo tendrán en el futuro. El capitalismo necesita un ritmo de crecimiento anual de un 3% para reproducirse. Ello quiere decir que si queremos mantener el modelo económico actual, necesitaremos el doble de energía dentro de 25 años, 4 veces más en 50 años y 16 veces más dentro de un siglo. Y en estos cálculos, sólo tenemos en cuenta a ¼ de la población del planeta. Hoy, cuando todavía queda petróleo, ya no hay suficiente energía para extender la sociedad de consumo a las tres cuartas partes de la población restante. Las matemáticas no mienten. El único camino, pues, consiste en cambiar de modelo económico.

Constantemente los medios de comunicación y la publicidad nos venden una fe ciega en la tecnología, según la cual todo problema al que se enfrente la humanidad, por grande que éste sea, puede ser solucionado con alguna innovación tecnológica que algún genial científico, o el gobierno norteamericano, se guarda secretamente en la manga. Si eso fuera cierto, hace tiempo que el petróleo hubiera dejado de ser la principal preocupación estratégica de la gran potencia y guerras como la de Irak o Afganistán, en las que el estado norteamericano se ha gastado miles y miles de millones de dólares, no habrían tenido lugar.

Volviendo a Naredo, el fanatismo tecno-científico que ha caracterizado la filosofía y el pensamiento económico occidentales en los dos últimos siglos entra en contradicción con los principios de la física, en concreto con la segunda ley de la termodinámica (4).

“En sustancia, este segundo principio dice que la energía consumida o disipada ya no está disponible una segunda vez para un mismo trabajo y que el consumo de las materias primas las dispersa irreversiblemente.”

Así que la naturaleza nunca recupera toda la energía ni la materia que consumimos, un argumento insoslayable en perjuicio de la teoría económica basada en el crecimiento sin fin. Continuar por esta senda, por lo tanto, es físicamente imposible. Y no estamos hablando de límites que se alcanzarán a largo plazo, sino de fronteras que ya estamos sobrepasando.

“Si se consideran los ciclos de la materia en la biosfera, lo que se estudia en ecología, se ve que el comercio mundial por sí sólo pone en movimiento cada año un tonelaje muy superior a los aluviones que arrastran todo los ríos de la tierra sumados. Es un tonelaje de magnitud comparable al ciclo completo del carbono. El total de los movimientos anuales de tierra en relación con las actividades extractivas, estimado en cerca de 100 mil millones de toneladas, es a su vez cinco o seis veces mayor... Se ve por lo tanto que la especie humana tiene sobre el planeta un peso completamente determinante y que ha aumentado muy rápidamente, sobre todo en los últimos 60 años.”

Los límites físicos, pues, no sólo tienen que ver con la energía, también con la extracción de las materias primas imprescindibles para la industria y el mantenimiento de nuestro modelo de vida, altamente derrochador. Lo grave, según Naredo, es que la mayoría de estas materias primas están localizadas fuera de los países desarrollados, los cuales consumen 10 veces más de estos productos que el resto del mundo, lo que es un ejemplo más del carácter intrínsecamente insostenible del capitalismo.

La propaganda incesante, en las escuelas, en los medios, en las universidades y en los organismos internacionales, sigue alabando este modelo, presentándolo como el más eficaz en producir riqueza y bienestar, como la meta que deben alcanzar todos los pueblos de la Tierra para ser felices. Y así, aquellos que no se ajustan a los estándares de consumo desaforado y contaminación sin fin, preservando gracias a ello los bienes que proporciona la madre naturaleza, son calificados de “pobres” y, en cambio, los que están generando pobreza destruyendo para siempre esos mismos bienes, son considerados los “ricos” y los “civilizados”. Hasta tal punto están invertidos los papeles en esta película.

“Pero lo que fue nefasto, es la generalización al mundo entero de una sola idea de los modos de vida. Y esto sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. De golpe, millones de gente (sic) en todas partes del mundo pasaron a sentirse pobres -y hoy están fuertemente pauperizados- mientras que antes, en toda la historia en humanidad (sic), habían vivido dignamente, en relación con los recursos locales de los que disponían y con las limitaciones que implicaba vivir en su ámbito.”

Ya hemos visto que pretender exportar la sociedad de consumo al resto del mundo es imposible por falta de recursos naturales, los cuales la naturaleza es incapaz de renovar con la suficiente rapidez. Pero seguimos cerrando los ojos a esta realidad y negando la posibilidad de aprender de aquellos que consiguen vivir dignamente sin poner en peligro la continuación de la vida, amoldándose a su particular ecosistema. Por el contrario, el capitalismo hace todo lo posible por destruir los sistemas económicos preindustriales que todavía existen, porque necesita crecer constantemente y expandirse para no morir, lo cual no deja lugar al resto de la humanidad.

La economía capitalista es como ir en bici: si uno para, se cae. Y eso es lo que está sucediendo actualmente. La crisis financiera desembocará en una recesión mundial al haberse paralizado los flujos de capital que hacen mover el sistema. Lo realmente aterrador es pensar que a la crisis financiera se sume la energética y la ecológica, multiplicando por diez o por cien sus efectos. Antes de que este momento llegue, deberemos replantearnos muchas cosas. La primera de todas es reducirlo todo a magnitudes monetarias, como hace la ciencia económica oficial. Ya hemos visto la relación que hay entre la masa monetaria y la capacidad de producción real, una relación ficticia ya que hay menos bienes que dinero. Los economistas tampoco tienen en cuenta en sus cálculos los costes que suponen la generación de desechos y la destrucción de recursos naturales en los procesos productivos, lo que pondría de manifiesto la gran ineficiencia de la economía capitalista. La segunda cosa que debemos combatir es la fe absurda en el crecimiento ilimitado, que la física se encarga de desmentir, como ya hemos visto. La tercera es asumir que los países desarrollados son grandes dependientes de las materias primas y las fuentes de energía que provienen del Tercer Mundo. Una interrupción de ese flujo paralizaría nuestra economía, además de representar su producción y transporte un enorme coste económico y ecológico que tampoco se tiene en cuenta en los balances ni en las cuentas de resultados.

¿Conclusión? Es obvia: debemos renunciar a crecer indefinidamente, a producir más y más cada año que pasa, de forma absurda y sin sentido. No sólo porque llegará un momento –quizá ya ha llegado– en que será imposible seguir haciéndolo, sino también porque es una ilusión vana no ver que la economía capitalista destruye más que crea. Debemos, pues, encontrar maneras de satisfacer nuestras necesidades, garantizando un buena calidad de vida y poniendo límites a todo aquello que provoca destrucción. Todo ello implica, a mi juicio, sustituir el capitalismo por otro sistema, en el que predomine el bien común (que incluye a nuestro ecosistema) por encima de los intereses y las obsesiones patológicas de unos pocos miles de ludópatas y asesinos. Pero, sobre todo, por una economía que no cierre los ojos a la realidad física del planeta que nos ha tocado vivir.


Notas:

1. José Manuel Naredo. Abrir la ‘caja negra’ del sistema económico para mostrar los flujos ocultos. Entrevista, I y II, en Revista Sin Permiso. http://www.sinpermiso.info/#.

2. Ramón Fernández Durán. El crepúsculo de la era trágica del petróleo: pico del oro negro y colapso financiero (y ecológico) mundial. http://www3.rebelion.org/docs/68533.pdf.

3. Pedro Prieto. Modernos dioses tecno-ecológicos: Helios y Eolo. http://www.crisisenergetica.org/staticpages/index.php?page=20031126184416943.

4. Segunda ley de la termodinámica. http://es.wikipedia.org/wiki/Termodinamica#Segunda_ley_de_la_termodin.C3.A1mica.

lunes, 20 de octubre de 2008

Lecciones de generosidad

Oscar Martínez


La esplendidez de Estados Unidos y la Unión Europea en la gestión de esta crisis me deja pasmado. Nada menos que 700.000 millones de dólares hace unos días, a los que ahora se suman 250.000 más (1), han sido “inyectados” por el gobierno norteamericano en su sistema financiero. La Unión Europea ha sido aún más generosa: más de 1 billón de euros (1,34 billones de dólares) aparecen como por ensalmo para resolver los problemas de liquidez de la banca europea (2). Quien fuera el artífice de este maravilloso presente, el señor Sarkozy, buscaba quizá batir un récord, y superar así en algo a su admirado amigote George W. Bush. Es de admirar lo fácilmente que toman nuestros dirigentes estas decisiones multimillonarias cuando no serán ellos quienes paguen la factura. Eso es lo que yo llamo generosidad.

Y esta generosidad, ¿a quién va dirigida? ¿A aquellos que perderán sus hogares debido a que no pueden pagar la hipoteca porque: a) se han quedado sin trabajo; b) no pueden hacer frente al alza de los intereses bancarios combinada con la inflación? ¿A los más de 250.000 pensionistas (la mayoría mujeres viudas) que cobran pensiones no contributivas de 300 euros, un 60 % inferiores a lo que se considera el umbral de la pobreza? ¿A los 2 millones y medio de parados (un 11 % de la población activa, el índice de desempleo más alto de la UE)? ¿O a las 21.900 personas sin techo que hay en las ciudades españolas, a la atención de las cuales el estado y las organizaciones benéficas privadas dedican la generosa cifra de 144,6 millones de euros anuales (3)?

No, sin duda no es con estas personas con quienes están siendo generosos los poderes públicos que administran nuestras vidas y nuestros dineros (¿de dónde, si no, salen tantos millones?). Los destinatarios de tales ayudas son entidades que, a primera vista, no deberían despertar demasiado nuestra compasión. Pongamos algunos ejemplos. El BBVA es conocido por sus inversiones en la industria del armamento. Este banco tiene participaciones accionariales (algunas de hasta el 65 %) en empresas de la industria de la muerte: CESCE, Ibérica del espacio, Hisdesat, INDRA, RYMSA, Inmize (4). Aunque no es el único. Otros muchos bancos y cajas españolas hacen lo mismo, aunque no al mismo nivel (5). El BSCH, por su parte, financia en América Latina y otras partes del mundo proyectos industriales que son responsables de graves atentados contra el medio ambiente de esos países: presas hidroeléctricas, papeleras y explotaciones de gas y petróleo, todas ellas industrias altamente contaminantes o peligrosas para el medio ambiente (6). ¿Y qué decir de los delitos fiscales que comete la gran banca y por los que nunca son condenados sus responsables por los tribunales (7)?

El mismo estado español se dedica a jugar a la Bolsa. El año pasado supimos que el gobierno había invertido parte del dinero de la Seguridad Social en valores bursátiles y otros activos financieros, sin al parecer albergar temor alguno a poner en riesgo el futuro de nuestras pensiones (8).

Los apologetas de esta gran patraña a la que llaman economía de mercado, nos dicen que estas medidas extraordinarias significan la muerte del neoliberalismo. Y hasta se atreven a desempolvar a Keynes y a los programas socialdemócratas de hace medio siglo para hacernos creer que todo está cambiando. Ya. Permitidme que lo dude. Que nacionalicen algunos bancos, como ha hecho el gobierno inglés estos días, no significa nada. Los volverán a privatizar después, cuando estén limpios de polvo y paja. El problema reside en que son los mismos que provocan estos desastres los que luego proponen las soluciones. Nadie, absolutamente nadie, se atreverá a meter mano a los grandes capitales acumulados año tras año por los poderes financieros. Esta gente sufre de un ilimitado cinismo y no tienen mayores escrúpulos en atacar posturas ideológicas que ellos mantenían como sacrosantas e inamovibles hasta hace unas pocas semanas. Recordemos que los señores Gordon Brown, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy o Rodríguez Zapatero, erigidos por la prensa en caballeros andantes de las finanzas, son los mismos que impulsaron, no hace mucho, una ley europea por la que se aprueba la jornada laboral de 65 horas semanales. ¿Con qué filantrópico fin? Pues con el de permitir a las empresas europeas ganar más dinero gracias a una mayor explotación de los y las trabajadores/as. En otras palabras, cambian las leyes para que esa clase de robo a la que se denomina trabajo a cambio de un salario sea aún mayor de lo habitual. ¿De veras podemos creer a esta gente cuando afirman públicamente que defienden nuestros intereses?

No debemos albergar dudas sobre lo que significarán estas donaciones de dinero público y estas compras de activos financieros llamadas “nacionalizaciones”. Significarán en un futuro próximo mayores recortes a los presupuestos estatales en las áreas que todos conocemos: sanidad, educación, seguridad social… Significará también mayor “flexibilidad laboral”, salarios más bajos y más leyes que favorezcan el dumping, lo que ellos llaman “ser más competitivos” (9). Es así como esperan que paguemos el enorme caudal de dinero destinado a salvar un sistema financiero diseñado para favorecer la especulación y la evasión fiscal, que tanto gusta a los capitalistas. Los mismos políticos que, escuchando los cantos de sirena de los especuladores, cerraron los ojos a la desregulación del movimiento de capitales que ha permitido esta crisis, son los que, ahora, hablan de “crear nuevos mecanismos de control bancario“ (Angela Merkel) (10); “refundar el capitalismo”, “salir del mito de la infalibilidad del mercado” (Nicolas Sarkozy) (11); o “introducir más transparencia y mejorar los mecanismos de supervisión” (Durao Barroso) (12). Nuestro presidente, por ejemplo, tuvo la cara dura de decir cosas como ésta:

“lo que está sucediendo ahora en la economía es un ejemplo del liberalismo asimétrico por el que se deja que las cosas fluyan mientras algunos ganan mucho dinero y se pide que se intervenga con el dinero de todos los contribuyentes si tienen grandes pérdidas.” (13)

Y lo dice él, que ha dado el visto bueno a la compra, con el “dinero de todos los contribuyentes”, de 30.000 millones de euros de “activos financieros” a los bancos españoles, financiándola con deuda pública e hipotecando así las cuentas del estado.

En el mundo real los hechos no suceden “porque sí”, obedecen a unas causas, y las coyunturas, o tiempos cortos, se enmarcan en estructuras temporales más amplias. Desde los años 70 para acá, el capitalismo se ha caracterizado por la búsqueda del máximo beneficio (su norma básica) a través del ejercicio de prácticas especulativas, dejando a la economía productiva en un segundo plano. ¿Por qué? Pues la explicación del porqué la encontraremos en la crisis de sobreproducción de la economía real que se produjo en esos años, en que el capitalismo cambió de estrategia y optó por la desregulación, la privatización y los recortes en el gasto público (14) como medios para hacer frente al descenso de la tasa de ganancia que se produjo como consecuencia del exceso de producción en relación a la demanda (15). Ello supuso, como todos sabemos, el abandono de las ideas keynesianas y socialdemócratas, que hasta entonces imperaban en la economía de los países desarrollados, en favor de la doctrina neoliberal, cuyo gurú supremo fue el economista norteamericano Milton Friedman (16) y cuyos pioneros en su puesta en práctica fueron Ronald Reagan y Margaret Thatcher.

La forma que ha tenido el sistema de hacer frente a la crisis de sobreproducción ha sido, por un lado, incrementar la capacidad adquisitiva del consumidor y la productiva de las empresas mediante la expansión aparentemente ilimitada del crédito, y por otro, como ya he dicho antes, favorecer operaciones especulativas de todo tipo, lo que ha ido produciendo crisis sucesivas conforme han ido estallando, una tras otra, todas las burbujas especulativas, la última de las cuales ha sido la inmobiliaria, con los famosos créditos hipotecarios subprime (17) y los hedge funds, o fondos de inversión de alto riesgo (18). Como vemos, ambos factores están íntimamente relacionados. El abuso del crédito ha favorecido la especulación y ésta ha contribuido a financiar el crédito.

Por último, me gustaría recordar una cosa que se tiende a olvidar fácilmente en momentos como éste. En la sociedad capitalista las crisis no inciden por igual en la vida de las personas: hay algunas de estas personas a les que les va muy bien siempre; ellos no notan en su estándar de vida los efectos de la crisis. Hay otros, en cambio, que no son invulnerables como los primeros y ven mermada su capacidad de consumo; para algunos de éstos aún es posible recuperarse, para otros, en cambio, puede significar su ruina. Por último, están aquellos que siempre están en crisis, aunque la Bolsa esté por las nubes. Con estos últimos, la generosidad brilla por su ausencia.


Notas:

1. El País. EE UU da un giro radical a su plan de rescate para seguir el modelo europeo. http://www.elpais.com/articulo/economia/EE/UU/da/giro/radical/plan/rescate/seguir/modelo/europeo/elpepieco/20081015elpepieco_1/Tes.

2. El País. Más de un billón en ayudas a entidades financieras. http://www.elpais.com/articulo/economia/billon/ayudas/entidades/financieras/elpepueco/20081013elpepueco_4/Tes.

3. Datos de 2005. Salvador Busquets. Nuestros vecinos de la calle: el rostro de una problemática social. Fundación Cristianisme i Justícia., nº 150, noviembre 2007.

4. BBVA sense armes. Inversiones del BBVA en armamento. http://www.bbvasinarmas.org/armamento_cas.htm.

5. BBVA sense armes. Inversiones de otras entidades financieras en armamento. http://www.bbvasinarmas.org/otrasinversiones_cas.htm.

6. Setem. Banco Santander: Vínculos financieros con empresas y proyectos controvertidos en el mundo. http://www.bbvasinarmas.org/documentos/Informe_Setem_Santander.pdf.

7. Juan Torres López. ¿Será verdad que la vicepresidenta del Gobierno fue quien salvó a Botín de ir a la cárcel?. http://www.juantorreslopez.com/.

8. El Mundo. El Gobierno aprueba invertir en Bolsa parte del Fondo de Reserva de las pensiones. http://www.elmundo.es/papel/2007/06/09/economia/2136406.html.

9. Dumping: http://es.wikipedia.org/wiki/Dumping.

10. Merkel achaca la crisis financiera a la 'codicia' y a la 'mala gestión' de los bancos. http://www.cincodias.com/articulo/empresas/Merkel-achaca-crisis-financiera-codicia-mala-gestion-bancos/20081008cdscdiemp_44/cdsemp/.

11. Propone Sarkozy 'refundar' el capitalismo ante crisis financiera. http://www.informador.com.mx/economia/2008/46822/6/propone-sarkozy-refundar-el-capitalismo-ante-crisis-financiera.htm.

12. Brown y Barroso piden seguir trabajando en reforma sistema financiero global. http://www.finanzas.com/noticias/economia/2008-10-15/52168_brown-barroso-piden-seguir-trabajando.html.

13. Zapatero culpa de la crisis a los neoliberales a los “que tanto han aplaudido Aznar y Rajoy”. http://www.lanacion.es/2008/09/22/zapatero-culpa-de-la-crisis-a-los-neoliberales-a-los-que-tanto-han-aplaudido-aznar-y-rajoy/.

14. Naomi Klein. La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre. Barcelona, Paidós, 2007. Pág. 88.

15. Michel Collon. Diez preguntas sobre la crisis. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=74083.

16. Milton Friedman. http://es.wikipedia.org/wiki/Milton_Friedman.

17. Créditos subprime. http://es.wikipedia.org/wiki/Subprime.

18. Hedge funds. http://es.wikipedia.org/wiki/Hedge_funds.

lunes, 13 de octubre de 2008

Reedición de "El eco de los pasos", de Juan García Oliver

Reproduzco aquí la invitación al acto de presentación del libro de Juan García Oliver, editado en su día por Ruedo Ibérico:

"El eco de los pasos"

BackList tiene el placer de invitarle a la
presentación
del libro El eco de los pasos de Juan García Oliver.
Intervendrán:Marianne Brull, editora de Ruedo
Ibérico; BernatMuniesa, profesor de Historia
Contemporánea, Universitat de Barcelona; Xavier
Diez, Doctor en Historia, Centre de
Documentació Històrico-Social; Daniel Cladera,
director editorial de BackList.
30 de octubre de 2008
19’30 horas
Ateneu Barcelonès (Sala JosepMaria de Sagarra)
Canuda, 6. Barcelona

Nada nuevo bajo el sol

Qué modelo de estado se oculta detrás de los presupuestos generales del estado

Una vez más, el gobierno de Zapatero ha desaprovechado un argumento excelente como es la crisis económica para dar un giro a la izquierda a su política económica socio-liberal. Estos presupuestos siguen en la línea precedente de restricción del gasto público con el fin de asegurar la dichosa “estabilidad presupuestaria”. No modifican dos hechos esenciales: España sigue siendo uno de los países con menor porcentaje de gasto público en relación a su PIB (un 38.6 %, mientras que la media europea es de 46.8 %); y dentro del gasto público, el gasto social, un 20.38 % del PIB, sigue estando lejos del 27.2 % europeo, aunque Solbes diga que ha crecido un 9.5 % en relación al año anterior. Justamente, en el momento en que más vamos a necesitar un colchón de bienestar que nos proteja de la crisis, el ministro de economía sigue en sus trece de contener el gasto público. Estos ajustes estructurales no nos han salvado de los efectos sociales de la crisis económica, más bien al contrario: tenemos el índice de paro más alto de la UE (10.7 %, frente al 6.8 % de la media europea).

Más papistas que el papa

Tenemos uno de los pocos gobiernos teóricamente socialdemócratas que quedan en pie en la Unión Europea, pero aún así, mantenemos una rigidez presupuestaria digna de Margaret Thatcher. Un claro ejemplo es la deuda pública, que para una UE escorada a la derecha es del 66.6 % en la zona euro, mientras que en España es del 36.8 %. En cuanto a la inversión pública para estimular una economía amenazada por la recesión, lo presupuestado es claramente insuficiente (el gasto en infraestructuras sólo aumenta un 4.5 %). El estado renuncia así a su papel de motor de la economía, lo cual no se comprende, si tenemos en cuenta el parón que está experimentando la construcción, uno de los sectores económicos clave. Otro ejemplo de que el timón de la economía ha sido dejado en manos de un liberal convencido es la abolición del impuesto sobre el patrimonio, por la cual el estado dejará de ingresar 1.200 millones de euros, justamente los que se necesitan para financiar la Ley de Dependencia.

Para los bancos sí hay dinero

El gobierno acaba de anunciar que comprará activos a la banca española por valor de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000 millones. Para financiar este dispendio, el estado recurrirá al endeudamiento, cosa que no hace, como hemos visto, para financiar el estado social. ¿Por qué?


¿Qué modelo de estado hay detrás de estos presupuestos? Pues lo que está claro es que no es un estado social, como proclama la Constitución, sino un estado liberal, al menos en lo económico. En un momento en que esta crisis está aún lejos de solucionarse, el gobierno no está haciendo todo lo que puede para hacer frente a lo que se avecina, que no es poco.

domingo, 12 de octubre de 2008

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar... pon las tuyas a remojar

El famoso rescate de los 700.000 millones no ha servido para frenar la caída de las bolsas (1). Esto es serio, muy serio. En cuestión de días, es cada vez más evidente que nos encontramos ante una crisis que no se arregla así como así. Hay quien dice que se necesitan entre 3,5 y 7 billones de dólares para salvar el sistema financiero estadounidense (2). Y el estado norteamericano acumula ya una deuda de 11 billones (con B). Al gobierno de Bush se le están acabando las ideas... y el dinero. ¿Hasta cuándo el contribuyente norteamericano -pero también el resto del mundo, mediante la compra de bonos del Tesoro- seguirá financiando esta sangría? Llegará un momento en que los que compran deuda pública dejarán de hacerlo cuando se den cuenta de que los títulos no valen ni el papel en que están escritos. La economía norteamericana entrará en quiebra por falta de recursos financieros. Puede que sea aún peor que la "Gran Depresión" del 29, porque no sólo afectará al gigante yanqui, también al resto del mundo, como ya estamos viendo. Sin ir más lejos, Zapatero ha emulado a su homólogo en USA con su particular versión del "plan Bush", al comprar con deuda pública 30.000 millones de activos financieros pertenecientes a bancos españoles, prorrogables a 50.000 millones más (3). Además, ha elevado de 20.000 a 100.000 euros la cantidad de dinero de los depósitos garantizada por el estado en caso de quiebra. Pues eso que, según nuestro presidente, tenemos "el sistema financiero más seguro del mundo" (4). Si no fuera así, ¿qué habría hecho este hombre? Ya lo dice el refrán: "cuando las barbas de tu vecino veas pelar... pon las tuyas a remojar". De todas formas, a Zapatero le ha sucedido lo mismo que a Bush: la medida tampoco ha sido valorada por los inversores, porque la Bolsa española ha registrado hoy su peor caída (5). En una semana, el Ibex ha perdido un 21% de su valor. En Islandia, el gobierno ha nacionalizado dos bancos con sucursales en Gran Bretaña -bloqueando el acceso a los depósitos de 300.000 ingleses, unos 7.000 millones de euros- y Gordon Brown se ha puesto hecho una furia, amenazando a las autoridades islandesas por negarse a devolver a los ahorradores extranjeros el dinero depositado (se da la circunstancia de que Islandia es una especie de paraíso fiscal, como Andorra, vaya) (6). Brown se apresuró a garantizar a esos 300.000 ahorradores que no perderán su dinero. El estado alemán negoció con la banca privada un acuerdo para salvar de la debacle a la hipotecaria Hypo Real State AG con un plan de 50.000 millones de euros (7), y eso que su presidenta, Angela Merkel, criticó duramente estos días la "codicia financiera" y la "mala gestión" de los bancos (8). Sarkozy convocó el pasado sábado una reunión urgente de los cuatro países principales de la UE -Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia- con el fin de tomar medidas conjuntas en favor de los bancos europeos que estén amenazados por la crisis (9). Incluso en Rusia ha cundido esta pulsión por rescatar con dinero público a sus entidades financieras (10). Se palpa en todas partes el miedo de las autoridades a que se produzca el pánico y todo el mundo quiera de golpe retirar sus depósitos, lo que provocaría un colapso de todo el sistema financiero, algo que, sin duda, pondría en muy serio peligro al propio capitalismo. Eso es lo que más temen. Sin embargo, vemos con qué inmensa facilidad se habla de miles de millones por aquí y por allá, cuando para otras cosas, como son la educación, la sanidad, las pensiones, o las ayudas sociales, nunca hay el suficiente dinero. Mientras tanto, los grandes ejecutivos norteamericanos ganan millones de dólares y celebran fiestas por valor de varios centenares de miles, aunque hayan provocado con sus actos demenciales la mayor crisis financiera que se recuerda desde hace mucho tiempo. Richard Fuld, director de Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión que rescató George Bush de la quiebra, cobró 480 millones por sus años al frente de la empresa (11). Ese fue su "castigo". A cargo del contribuyente.

A ver cuándo la prensa habla de esto de una puñetera vez.

Notas:

1. El País. Wall Street vive su peor día desde 1987. http://www.elpais.com/articulo/economia/Wall/Street/vive/peor/dia/1987/elpepueco/20081010elpepieco_1/Tes.
2. Juan Manuel Forn. Un buen plan que sólo servirá de parche. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1056040.
3. La Vanguardia. El Gobierno creará un fondo de 30.000 millones ampliable a 50.000 para dar liquidez a las empresas. http://www.lavanguardia.es/lv24h/20081007/53556083824.html.
4. 20 minutos. Zapatero sitúa al sistema financiero de España como el más sólido del mundo. http://www.20minutos.es/noticia/414588/18/.
5. El País. El Ibex sufre la peor caída de su historia. http://www.elpais.com/articulo/economia/Ibex/vive/nueva/jornada/fuertes/perdidas/elpepueco/20081010elpepueco_3/Tes.
6. El País. La nacionalización de bancos en Islandia deja a 300.000 británicos sin poder acceder a sus ahorros. http://www.elpais.com/articulo/economia/nacionalizacion/bancos/Islandia/deja/300000/britanicos/poder/acceder/ahorros/elpepueco/20081010elpepueco_5/Tes.
7. Gobierno alemán y bancos llegan a acuerdo por Hypo. http://www.univision.com/contentroot/wirefeeds/50noticias/7614750.html.
8. Merkel arremete contra "codicia" financiera y apacigua temores ciudadanos. http://www.finanzas.com/noticias/economia/2008-10-07/49125_merkel-arremete-contra-codicia-financiera.html.
9. Líderes del G4 acuerdan apoyar a bancos europeos en crisis. http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/10/04/francia-se-inicia-cumbre-sobre-crisis-financiera.
10. Rusia: la Duma aprueba una ley de rescate financiero. http://dinero.es.msn.com/mercados/ultima-hora/articulo.aspx?cp-documentid=10033058.
11. La Jornada. Ira en EU contra los políticos y los ejecutivos de Wall Street. http://www.jornada.unam.mx/2008/10/09/index.php?section=mundo&article=034n1mun.

sábado, 11 de octubre de 2008

Economía salvaje: economistas psicópatas

Lo que en un principio parecía ser una rebelión, cuando la mayoría de los congresistas plantaron cara a Bush, presionados por sus electores, ha acabado desinflándose. El Congreso norteamericano, finalmente, ha aprobado el "plan de rescate" de Bush. Como dice Michael Moore (1), 400 millonarios que poseen tanto dinero (1,6 billones de dólares, 1.600.000.000.000 $) como los 150 millones de ciudadanos estadounidenses situados más abajo en la pirámide social van a recibir del estado 700.000 millones más (0,7 billones $), por si no tuvieran ya bastante. Justo la cantidad que ganaron durante la era Bush. Moore también nos recuerda que Bill Clinton dejó el gobierno con un superávit de 127.000 millones de dólares. Se calcula que el déficit público norteamericano llegará a final de año a más de 400.000 millones de dólares, eso sin contar las ayudas a la banca privada aprobadas por el Congreso (2). ¿Qué queda de aquel famoso principio liberal de que todo estado debe contener su gasto público? Pues francamente, Bush no sólo no ha seguido ese principio, sino que se ha pasado ocho pueblos. Y lo malo es que si ese enorme incremento de la deuda pública hubiera servido para aumentar el nivel de vida de la población en general, podríamos entenderlo y hasta apoyarlo. Pero es que ha ocurrido justo al revés. Ha aumentado el número de pobres y también ha aumentado la desigualdad social: los que ya eran ricos todavía lo son más, al mismo tiempo que ha aumentado su número (3). La factura de las aventuras bélicas de Bush y sus políticas fiscales favorables a los más ricos están detrás de este enorme déficit. La hipocresía de esta gente es tremenda: es bueno que el estado se endeude para asesinar a miles de personas, fabricar armas y conquistar con éstas pozos de petróleo, o para rebajar impuestos a esos 400 mega-millonarios, pero es malo hacerlo si los beneficiarios de la ayuda son los más desfavorecidos. ¡Eso nunca!.

Hay que ser tonto o tener muy pocos escrúpulos para seguir defendiendo el sistema económico norteamericano como un modelo a seguir. Más bien, es lo peor que se podría hacer. Y quien lo defiende, de una u otra manera, debería ser considerado un psicópata y apartado como tal de cualquier foro de debate económico. Lamentablemente, no ocurre tal cosa y hay muchos ejemplos de "expertos" que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino, a los que se les da la oportunidad de difundir sus ideas ultraliberales en universidades y en medios de comunicación. Estoy pensando en el señor Xavier Sala i Martin (4), un economista catalán nítidamente situado en el bando liberal más ortodoxo, al que le gusta lucir en público trajes de lo más hortera (5). Este señor, por ejemplo, pone en cuestión la tesis mantenida por el propio Banco Mundial (institución nada sospechosa de ser izquierdista) de que ha aumentado la pobreza y la desigualdad en el mundo. Él afirma que ha sucedido lo contrario, buscando con ello defender el neoliberalismo que él encarna (6). Vicenç Navarro criticó sus afirmaciones aquí. Este tipo es uno de los economistas más mediáticos, aunque sea alguien que niega que debamos hacer algo para combatir el cambio climático, porque sería demasiado caro (7). Sala i Martín confiesa sin tapujos ser un admirador de Ronald Reagan:

"Gracias a Reagan, casi nadie cuestiona la superioridad del mercado, las propuestas liberales ya no son tabú y los partidos de izquierdas ponen a personas de talante liberal (como Pedro Solbes, Miguel Sebastián o Antoni Castells) al frente de sus equipos económicos. Y es que, gracias a la revolución Reaganiana, la lógica del liberalismo se ha instalado en el centro del espectro político y económico y sólo los ultra-radicales (como Vicenç Navarro y otros soldados derrotados del marxismo universitario), siguen hablando del aumento de impuestos, del gasto público y del intervencionismo público tal como hacían en los años setenta. Ese fue, a mi juicio, el logro más grande del presidente Reagan." (8)

Bien, parece ser que la realidad está poniendo en su sitio a tipejos como éste y las tesis liberales que él defiende -hasta ahora indiscutibles- comienzan a ponerse en duda en público (9). Pues son las ideas de gente como Milton Friedman -a quien Sala i Martín venera como a un profeta (10)- las que han hecho tanto daño en el mundo y seguirán haciendo. Y si no me creéis, leed el libro de Naomi Klein, La doctrina del shock (11), en el que se detallan todos los crímenes cometidos por el neoliberalismo.

En lo único que le doy la razón a Sala i Martin es en aquello de que los partidos de izquierda no se diferencian en nada, en lo económico, de los partidos de derecha. Será porque dejaron hace mucho tiempo de ser de izquierda.


Notas:


1. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73688.
2. http://www.eleconomista.es/flash/noticias/742115/09/08/El-deficit-publico-de-EEUU-superara-los-400000-millones-de-dolares-este-ano.html.
3. Vicenç Navarro. Medidas económicas y fiscales para resolver la crisis. http://www.vnavarro.org/wp/?p=543.
4. Web de la Universidad de Málaga: http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Sala-i-Martin.htm. Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Xavier_Sala_i_Martin.
5. http://www.columbia.edu/~xs23/Indexmuppet.htm.
6. Xavier Sala i Martin. Globalización y reducción de la pobreza. http://documentos.fundacionfaes.info/document_file/filename/3/00002-00_-_globalizacion_y_reduccion_de_la_pobreza.pdf. Este ensayo, por cierto, fue un encargo de la Fundación FAES, la fundación ultraderechista creada por Aznar.
7. Xavier Sala i Martin. Cambio climático (V): Entre unos y otros. http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2007/canvi_climatic/canvi_climatic_5_Entre_Unos_y_Otros.htm.
8. Xavier Sala i Martin. Ronald Reagan. http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2004/Reagan/Reagan.htm.
9. http://www.cuatro.com/videos/index.html?xref=20080917ctoultnot_6.Ves&view=alta
10.http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/2008/Elecciones_2008/No_Votare_PP.htm.
11. Naomi Klein. La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre. Barcelona, Paidós, 2007.