lunes, 13 de octubre de 2008

Nada nuevo bajo el sol

Qué modelo de estado se oculta detrás de los presupuestos generales del estado

Una vez más, el gobierno de Zapatero ha desaprovechado un argumento excelente como es la crisis económica para dar un giro a la izquierda a su política económica socio-liberal. Estos presupuestos siguen en la línea precedente de restricción del gasto público con el fin de asegurar la dichosa “estabilidad presupuestaria”. No modifican dos hechos esenciales: España sigue siendo uno de los países con menor porcentaje de gasto público en relación a su PIB (un 38.6 %, mientras que la media europea es de 46.8 %); y dentro del gasto público, el gasto social, un 20.38 % del PIB, sigue estando lejos del 27.2 % europeo, aunque Solbes diga que ha crecido un 9.5 % en relación al año anterior. Justamente, en el momento en que más vamos a necesitar un colchón de bienestar que nos proteja de la crisis, el ministro de economía sigue en sus trece de contener el gasto público. Estos ajustes estructurales no nos han salvado de los efectos sociales de la crisis económica, más bien al contrario: tenemos el índice de paro más alto de la UE (10.7 %, frente al 6.8 % de la media europea).

Más papistas que el papa

Tenemos uno de los pocos gobiernos teóricamente socialdemócratas que quedan en pie en la Unión Europea, pero aún así, mantenemos una rigidez presupuestaria digna de Margaret Thatcher. Un claro ejemplo es la deuda pública, que para una UE escorada a la derecha es del 66.6 % en la zona euro, mientras que en España es del 36.8 %. En cuanto a la inversión pública para estimular una economía amenazada por la recesión, lo presupuestado es claramente insuficiente (el gasto en infraestructuras sólo aumenta un 4.5 %). El estado renuncia así a su papel de motor de la economía, lo cual no se comprende, si tenemos en cuenta el parón que está experimentando la construcción, uno de los sectores económicos clave. Otro ejemplo de que el timón de la economía ha sido dejado en manos de un liberal convencido es la abolición del impuesto sobre el patrimonio, por la cual el estado dejará de ingresar 1.200 millones de euros, justamente los que se necesitan para financiar la Ley de Dependencia.

Para los bancos sí hay dinero

El gobierno acaba de anunciar que comprará activos a la banca española por valor de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000 millones. Para financiar este dispendio, el estado recurrirá al endeudamiento, cosa que no hace, como hemos visto, para financiar el estado social. ¿Por qué?


¿Qué modelo de estado hay detrás de estos presupuestos? Pues lo que está claro es que no es un estado social, como proclama la Constitución, sino un estado liberal, al menos en lo económico. En un momento en que esta crisis está aún lejos de solucionarse, el gobierno no está haciendo todo lo que puede para hacer frente a lo que se avecina, que no es poco.

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