martes, 25 de noviembre de 2008

El pueblo saharaui necesita ayuda

Ha llegado a mí esta petición de ayuda al pueblo saharaui, que se encuentra en una situación de emergencia agravada por la climatología y por la reducción de la ayuda humanitaria internacional. Os la transmito.

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El coordinador de la ongd navarra ATTSF, Alfonso torres, ha sido testigo de una emergencia ya "crítica", con la destrucción causada por desastres climatológicos y por la falta de ayuda alimentaria suficiente.

Si no tenían bastante con soportar un largo exilio de 33 años viviendo en el desierto, ahora la climatología, en forma de lluvias y tormentas de arena, se está recrudeciendo y destruyendo una y otra vez todo lo que los refugiados saharauis levantan y construyen. Y para colmo de males, desde hace dos años, una ayuda alimentaria insuficiente y deficiente -por decisión de organismos internacionales y europeos- está incrementando de manera alarmante el número de casos de desnutrición y anemia, sobre todo entre niños y mujeres. "La situación es crítica y puede ser peor si no se toman medidas cuanto antes". Así lo asegura el pamplonés Alfonso Torres, coordinador de la ONGD Asociación Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras (ATTSF), que regresó recientemente de los campamentos de Tindouf (sur de Argelia).

Él vivió en persona, como ya le tocó en las lluvias torrenciales de 2006, una gran tormenta de arena y otra vez unas lluvias que han arrasado esta vez dos campamentos:
Smara y Auserd. Sucedió los días 8 y 10 de octubre. Hubo 40.000 personas afectadas, miles de "jaimas" y viviendas de adobe destruidas y escuelas, dispensarios y hospitales dañados. Torres, que destinó diez días de sus propias vacaciones a supervisar la base de transporte de ayuda humanitaria que inauguraron en 2006, trata de movilizar a otras ONGD y espera reunirse con el Grupo Interparlamentario por el Sáhara y con el Servicio foral de Cooperación al Desarrollo. El objetivo es lograr financiación para sacar adelante algún proyecto de emergencia humanitaria, "bien para ayuda alimentaria, bien para rehabilitar dispensarios y escuelas".

"¿Morir lentamente...?"

No son pocos los saharauis que le preguntan a Alfonso Torres "por qué no les dejamos morir en el campo de batalla en vez de tener que morir lentamente" en el desierto. No es de extrañar, dice, que en la actualidad la "credibilidad" de la comunidad internacional entre el pueblo saharaui sea mínima. Y no duda en denunciarlo. "El Gobierno español es el mayor responsable de todo", afirma, recordando que el Sáhara Occidental, donde vivían los ahora refugiados, era colonia española, y fue entregada a Marruecos poco después de la muerte de Franco.

También denuncia la burocracia y la lentitud de los organismos internacionales (el Programa Mundial de Alimentos y el Alto Comisionado para los Refugiados-ACNUR) para hacer llegar la ayuda alimentaria a la zona. Asimismo, destaca el hecho de que no sólo se ha reducido esta ayuda, sino que "el 75% muchas veces sólo es harina y cebada", por lo que la dieta nutricional de los saharauis ha empeorado y además no hay reservas en los almacenes de la Media Luna Roja de las que tirar. "Desde la base repartimos comida durante unos veinte días al mes y los diez días restantes, nada", explica.

Más malnutrición y anemia

De hecho, un estudio promovido por una ONG noruega, Cruz Roja y Médicos del Mundo España ha detectado "tasas alarmantes de malnutrición y anemia" entre niños y mujeres en edad de procrear (61%) y entre mujeres embarazadas (66%). "Es un crimen reducir la ayuda humanitaria", ha afirmado Ingrid Barineko, experta noruega en nutrición, "aquí no se puede producir nada".

Para Alfonso Torres, esto ya es "la emergencia de la emergencia". "A la extrema climatología se unen necesidades acuciantes de agua y alimentación y ahora destrucción por las lluvias", indica, admirado por el aguante de los refugiados saharauis. Una situación, además, que "sólo se sostiene por la esperanza de regresar" a su país, una esperanza cada vez más débil. "La solución no sería tan difícil, es una cuestión de voluntad política", opina Alfonso Torres. Y espera que Navarra se solidarice, de nuevo, con el pueblo saharaui. Precisamente el 15 de noviembre está convocada en Madrid una manifestación en protesta por las "violaciones de derechos humanos en el Sáhara Occidental".

Acaba de salir recientemente una caravana hacia los campamentos llena de comida desde Navarra. Pero esto no es suficiente. La Asociación Navarra Amigos del Sahara os pedimos un gran favor.

Quizás penséis que ahora con la crisis el tema está muy mal, pero un poco que puedas aportar es suficiente para que les podamos comprar comida, medicina o mantas.

Y con ese "poco" tuyo, con otro "poco" del vecino, otro "poco" del amiguito del verano
del niño, otro "poco" mío, otro "poco" de mi abuela... hacemos un GRAN MONTÓN, con el que podemos ayudar a miles de personas que están pasando mucha hambre, frío, y que han perdido sus casas, escuelas, hospitales...

El nº de cuenta es: Caja Rural 3008 0001 11 0700365729. Concepto: Inundaciones

Necesitamos también tu ayuda en la divulgación del problema. Cuéntales a todos lo que sucede por favor, y así podemos ser más lo que ayudemos.

Ayúdanos a conseguirlo. Nosotros también podemos!

domingo, 23 de noviembre de 2008

Para pasar página, primero hay que leerla

Me ha aparecido importante incluir este texto de Amnistía Internacional en mi blog para hacer campaña contra la impunidad de los crímenes del franquismo que el gobierno español de Rodríguez Zapatero está decidido a continuar, no se sabe muy bien por qué. Quizá los pactos de la "Transición" con la derecha franquista siguen en vigor. Es lo más probable. Por favor, leed el manifiesto y si estáis de acuerdo enviad vuestros datos a Aministía Internacional y ellos enviarán vuestra adhesión a la Moncloa, donde hace mucha falta un poquito de ética y sentido común.

Para pasar página, primero hay que leerla

Amnistía Internacional

Ante los acontecimientos de los últimos días, en los que ha quedado patente la falta de voluntad de las autoridades de cumplir con la obligación del Estado de investigar posibles crímenes contra la humanidad durante la Guerra Civil y el franquismo, tal y como establece la normativa internacional, Amnistía Internacional les insta a proteger los derechos de las víctimas sin más dilación.

Amnistía Internacional ha remitido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el Manifiesto “Para pasar página, primero hay que leerla”, al que se han adherido en los últimos cinco días más de 40 juristas de prestigio internacional y abogados y académicos españoles, que pide al Estado español garantizar una investigación judicial efectiva e imparcial sobre las desapariciones forzadas cometidas durante la Guerra Civil y el Franquismo.

Las primeras 40 adhesiones de expertos juristas, a las que se sumarán más en los próximos días, incluyen a José Antonio Martín Pallín, miembro de la Comisión Internacional de Juristas y Magistrado Emérito del Tribunal Supremo; Hugo Omar Cañón, Fiscal General de Buenos Aires; Susana Villarán, ex integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Carlos Iván Degregori, miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú; y Roberto Garretón, ex abogado de la Vicaría de Solidaridad durante la dictadura de Pinochet; entre otros muchos (ver listado completo).

¡Tú también puedes adherirte al Manifiesto!
¡Actúa!


Para pasar página, primero hay que leerla

Los firmantes del presente manifiesto nos dirigimos a las autoridades y sociedad españolas, así como a la opinión pública internacional con ocasión de la investigación abierta por la Audiencia Nacional en relación a hechos delictivos ocurridos durante la Guerra Civil y el Franquismo que podrían constituir crímenes contra la humanidad.

Mantenemos que:

- España tiene el deber de poner fin a la prolongada injusticia de la que han sido objeto las víctimas de desaparición forzada y otros crímenes y sus familiares, llevando a cabo las investigaciones necesarias para dar con el paradero de los restos de estas personas, y esclarecer las circunstancias en que tan graves abusos se produjeron.

- Al llevar adelante esta tarea, España debe cumplir con las normas internacionales sobre la materia que su propio ordenamiento jurídico reconoce, y tal y como su práctica jurisprudencial refleja – de manera reiterada - al pronunciarse sobre las consecuencias legales de los crímenes contra la humanidad.

- De acuerdo con el Derecho Internacional, los crímenes contra la humanidad no son susceptibles de amnistía, indulto o prescripción. Las normas convencionales sobre la materia, adoptadas con posterioridad a los hechos que deben ser objeto de investigación, es sabido, han simplemente recogido una obligación que ya existía anteriormente como norma consuetudinaria.

- El Estado español no puede sustraerse a la obligación de investigar estos crímenes, y debe poner fin a la impunidad garantizando a las víctimas y a sus familiares su derecho a la verdad, la justicia y la reparación integral.

- No es posible que los Tribunales españoles – en base a sus obligaciones bajo el derecho internacional - hayan asumido su competencia para investigar y perseguir los crímenes más graves de derecho internacional cometidos en países como Chile y Argentina, en cuyas causas han sostenido que las leyes de amnistía así como cualquier otra medida análoga carecen de validez en España, y se abstengan de investigar crímenes similares cometidos en su propio país.

- En la Ley 52/2007, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, no quedaban plasmados los estándares internacionales fijados en materia de desapariciones, exhumaciones y recuperación de cuerpos. No existe antecedente alguno en que un Estado haya trasladado a las familias de las víctimas las tareas, costos y responsabilidades de dichas acciones. Además, la propia ley en su Disposición Adicional Segunda, afirma claramente que: “Las previsiones contenidas en la presente ley son compatibles con el ejercicio de las acciones y el acceso a los procedimientos judiciales ordinarios y extraordinarios establecidos en las leyes o en los tratados y convenios internacionales suscritos por España”.

España está en estos momentos en el punto de mira de la comunidad internacional que espera que por fin cumpla con las obligación de investigar los hechos de su historia reciente que podrían ser constitutivos de crímenes contra la humanidad y garantizar, con todos los medios a su alcance, de la manera más completa posible y sin dilación, los derechos de las víctimas a verdad, justicia y reparación.

Rellena tus datos aquí para que enviemos un mensaje en tu nombre al Presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Sikhs

Oscar Martínez


© Oscar Martínez. Todos los derechos reservados sobre las imágenes
Los sikhs o "sijs" (1) son los devotos de una religión que nació en el Punjab, al norte de la India, a finales del siglo XV. La palabra sikh proviene del punjabí sikhna, que quiere decir "aprender" y del sáncrito sisya, que significa "discípulo". El primer gurú, Guru Nanak, fue el místico que inició este movimiento religioso que nació de la religión hindú, pero abandonando el politeísmo de ésta. Sus enseñanzas fueron recogidas en el libro sagrado del sikhismo, el Adi Granth. Nanak recibió la iluminación al adentrarse en el río Bein, abandonando sus ropas y con ellas su propio yo. A partir de entonces, decidió proclamar la Verdad por el mundo, una nueva religión nacida como alternativa tanto al hinduismo, como al Islam. Nanak enseñó a sus coétaneos a liberarse espiritualmente mediante la meditación en el Nombre Divino y también les enseñó la unicidad del Ser Supremo, Akal Purakh.

Los sikhs siguieron, desde entonces, a sucesivos gurús, reencarnaciones del primero, Guru Nanak, hasta completar la cifra de diez gurús (el último de ellos murió en 1708). El sikhismo fue, en su tiempo, una religión revolucionaria, al permitir la liberación a toda persona, independientemente de su casta o su sexo, además de una religión práctica, al renunciar al ascetismo propio de los jogis y hacer compatible la práctica religiosa con la vida en familia.

Un sikh debe cumplir cinco obligaciones, llamadas las "cinco Ks": llevar el cabello sin cortar (de ahí el uso del turbante característico), un peine que lo sujeta, un calzón corto, una pulsera de acero y un puñal, todos ellos símbolos que comienzan por la letra k. Fue el último gurú, Guru Gobind, quien instituyó la Khalsa, mediante una ceremonia en que decapitó con su espada (no sabemos si de forma real o simbólicamente) a cinco de sus seguidores, para luego hacerlos renacer, como nueva forma de iniciación a la religión sikh (khande-di-pahul, "bautismo por la espada de dos filos"). La Khalsa, entendida como unión, como fraternidad, se constituye, pues, en la nueva identidad sikh, lo que diferencia a los sikhs del resto de comunidades religiosas.

El templo en el que los sikhs llevan a cabo sus rituales se denomina gurduara y es una institución fundamental en la cohesión de la comunidad sikh, especialmente de aquellos que viven en el extranjero. Existe, en Barcelona, en la calle Hospital, un templo o gurduara sikh, el Guardwara Gurdarshan Sahib Ji. Hace cosa de un año que entré en contacto con sus miembros. Y ellos, después de darme de comer en lo que ellos llaman langar, me invitaron a participar en uno de sus rituales de veneración del gurú Nanak, una procesión que recorrería las calles del Raval, permitiendo a sus habitantes compartir con la pequeña comunidad sikh sus creencias religiosas.
Fruto de este contacto con la comunidad sikh de Barcelona, presento este reportaje fotográfico que muestra algunas de sus ceremonias y el interior del guardara de la calle Hospital.
Los sikhs que he conocido son personas cordiales, amables y hospitalarias, de sonrisa fácil, aunque impongan un poco, al principio, con sus turbantes y sus sables. Esa apariencia un tanto belicosa deja paso inmediatamente a un mensaje de paz y amor al otro. Creo que todo esto queda reflejado perfectamente en las fotografías:

Ver reportaje en forma de presentación de diapositivas

Notas:
1. Toda la información sobre la religión sikh de este artículo ha sido extraída del libro de Agustín Pániker: Los sikhs. Historia, identidad y religión. Barcelona, Kairós, 2007.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cómo entre todos sostenemos al gigante con pies de barro

Oscar Martínez

Uno de los aspectos que peor conoce el gran público sobre la realidad económica mundial es la base de la ligazón que existe entre la economía norteamericana y el resto de economías del mundo. Las guerras de Irak o Afganistán, o el inmenso gasto militar de Estados Unidos para sostener su imperio (más de 730 bases militares repartidas en 50 países (1), un presupuesto anual de más de 400.000 millones de dólares) no serían posibles sin la inyección constante de una gran cantidad de dinero procedente del exterior. La economía norteamericana necesita de grandes aportaciones de capital extranjero y, al mismo tiempo, los países exportadores de manufacturas, materias primas y energía necesitan del gigante yanqui para sobrevivir. Éste es el origen de la actual crisis. Y la razón por la cual ésta ha sobrevenido, a diferencia de las anteriores, en el mismísimo centro del Imperio.

Durante años, los países exportadores de petróleo han estado alimentando Estados Unidos con dos cosas. La primera es obvia: petróleo, en un país que consume él solito el 25% de la producción mundial de ese vital hidrocarburo. La segunda también es conocida: petrodólares. Los dueños de Arabia Saudita y otros estados semejantes reinvierten los dólares que reciben por la compra de su oro negro en la economía norteamericana. Eso hace mucho tiempo que se sabe. Lo que sucede es que esos mismos petrodólares sirven luego para pagar la enorme factura de petróleo, gracias al papel del dólar como moneda de referencia, poderosísima herramienta en manos del Tesoro y la Reserva Federal norteamericanos.

Pero hay algo más. No sólo de petróleo vive el hombre. Países como China exportan a Estados Unidos inmensas cantidades de bienes manufacturados de todo tipo, que los yanquis –especialmente los de clase media– consumen con fruición en grandes superficies como Wal-Mart. La industria manufacturera norteamericana ha sufrido en los últimos años una gran sangría de puestos de trabajo debido a estas exportaciones y a las deslocalizaciones de sus propias empresas. Para mantener los precios relativamente bajos y continuar con las exportaciones, dichos países necesitan mantener sus monedas locales también a bajo precio. ¿Solución? Compran más dólares. Así, el precio del dólar se mantiene, relativamente al menos.

Cuando digo que compran dólares, estoy diciendo que invierten esos dólares principalmente en bonos del Tesoro (deuda pública generada por el gobierno norteamericano) y, hasta ahora, en paquetes financieros de origen oscuro, basados en hipotecas sobre bienes inmobiliarios, pero de alta rentabilidad. En lugar de invertir en la economía productiva y generar empleo, los capitales han huido hacia la especulación bursátil e inmobiliaria. Esta es la razón por la cual todo el mundo se ha pillado los dedos cuando dichos paquetes financieros han empezado a oler mal, muy mal. Los bancos centrales y privados de los países que venden a Estados Unidos bienes producidos por sus empresas –incluyendo a la Unión Europea– estaban reciclando los dólares que obtenían y recursos financieros de otras procedencias en Wall Street y en Washington, comprando dichos paquetes, permitiendo con ello que EEUU se endeudara cada vez más, y más, y más. Sucede lo mismo que con un insecto parásito, que no puede abandonar al animal del cual se alimenta, aunque éste se esté muriendo, porque él también moriría.

Y una vez ha estallado la burbuja y la crisis ya es un hecho, ¿qué ha pasado? Pues, como se suele decir, una huída hacia delante. Con el fin de activar de nuevo el flujo financiero, el gobierno norteamericano ha continuado endeudando a su país mediante la inyección de dinero público en su sistema financiero privado –en lo que ha sido una operación de chantaje en toda regla por parte de Wall Street­–, esperando con ello que los bancos volvieran a prestar dinero a la gente y todo volviera a empezar. Naturalmente, lo más lógico es que dicho dinero hubiera sido invertido en salvar de la bancarrota a muchas personas que están con el agua al cuello. Pero la lógica –y mucho menos la ética– no gobierna las mentes de los ultraliberales que mandan en Washington, y han preferido dárselo directamente a los inversionistas tramposos y chorizos, culpables de este desvarío, comprando valores basura que no valen un pimiento.

Mientras tanto, la Unión Europea ha puesto en práctica medidas similares, aunque bajo el manto de un supuesto llamado a la regulación y el control de los mecanismos financieros, envolviéndolo todo con mucha retórica y declaraciones altisonantes. Pero, en realidad, están tan acogotados como los yanquis, porque la recesión en Estados Unidos está arrastrando también a la economía europea, que depende de la buena marcha del gigante con pies de barro.

La verdad es que no tienen ni idea de qué se debe hacer. La única solución sería abandonar los preceptos liberales que han marcado la marcha de la economía mundial en los últimos 30 años. Pero no creo que lo hagan, porque hay demasiadas grandes fortunas en juego, además de intereses que ni sospechamos que existan. La prueba está en los resultados de la cumbre que lo había de arreglar todo –iban a “refundar el capitalismo” – y que no ha arreglado nada: el G-20. Ya nadie se fía de la economía norteamericana ni del dólar. Pero tampoco hay muchas alternativas. Así que: más de lo mismo. Si leemos la declaración final, veremos que el mercado sigue siendo un dios al que en el “altar de la libertad” se sacrifica todo, menos el dinero de los ricos, claro. Esto es lo que firmaron George W. Bush y compañía (incluyendo a nuestro autoproclamado campeón de las ideas socialdemócratas –que luego, una vez en casa, se pasa por el forro–, Rodríguez Zapatero) el pasado 15 de noviembre:

“Reconocemos que estas reformas únicamente tendrán el éxito (sic) si están firmemente fundamentadas sobre un firme compromiso con los principios del libre mercado, incluyendo el imperio de la ley, el respeto por la propiedad privada, el comercio y las inversiones libres en los mercados competitivos y se apoyan sobre unos sistemas financieros eficientes y eficazmente regulados.

Estos principios son esenciales para el crecimiento económico y la prosperidad, habiendo ya liberado a millones de personas de la pobreza y elevado sustancialmente el nivel de vida a escala global.

Reconociendo la necesidad de mejorar la regulación del sector financiero, deberemos, sin embargo, evitar un exceso de regulación que podría obstaculizar el crecimiento económico y exacerbar la contracción de los flujos de capital, incluyendo a los países en desarrollo.”
(2)

“Compromiso con los principios del libre mercado”, “respeto por la propiedad privada”, “inversiones libres”, “crecimiento económico y prosperidad”, “liberado a millones de personas de la pobreza” “evitar un exceso de regulación”, ¿no nos suena de algo ya, todo esto? Son las mismas mentiras de siempre.

Finalizo este artículo recordando que el próximo sábado 29 de noviembre hay convocada en Barcelona, lugar desde donde escribo, una manifestación contra los responsables de la crisis financiera, bajo el lema “Que la crisis la paguen los ricos”, plaza Universitat, 17:30 h.


Notas:

1. Coronel Daniel Smith. Despliegue militar estadounidense en el mundo. http://www.voltairenet.org/article123114.html.

2. Texto completo de la Declaración final de la cumbre del G-20. http://www.viejoblues.com/Bitacora/texto-completo-declaracion-cumbre-g-20.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Ship of fools: la vida a bordo en un teatro ambulante

En junio de 2007, realicé un reportaje fotográfico sobre una compañía de teatro ambulante de origen holandés que recaló con su barco en el puerto de Barcelona. El nombre de la compañía es "Ship of fools" y, durante un mes, estuvo representando una obra inspirada en los "Cuentos de Canterbury", de Chaucer. Hace casi dos décadas que un reducido grupo de holandeses y de otras nacionalidades compró un viejo barco de pesca y lo transformó en un teatro, recuperando la idea medieval de los "barcos de locos" que cruzaban los ríos y canales de los Países Bajos con su especial cargamento. El capitán, August Dirks, y la tripulación me acogieron en su barco y me permitieron documentar su estilo de vida y su trabajo. Este es el resultado de mi experiencia:

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Negative equity

Oscar Martínez

Cuando el precio de un inmueble cae por debajo de la deuda acumulada por su teórico propietario, en Estados Unidos se le llama a esta situación negative equity (equidad negativa). Los medios de comunicación españoles no informan apenas sobre casos de este tipo, en que los ilusos que se embarcaron en hipotecas de más de mil euros al mes ven como no pueden vender sus casas por el precio que pagaron, con lo cual pierden su vivienda, pero siguen conservando la deuda. Sin embargo, la cobertura de la crisis por parte de la prensa se ha centrado casi en exclusiva en las bancarrotas espectaculares de gigantescas entidades financieras como Lehman Brothers, sin atender demasiado al origen real de esta crisis: las pequeñas bancarrotas de muchas familias trabajadoras cuyo límite de endeudamiento ha traspasado el umbral de lo posible. Nada se dice de cómo, en esta reedición de los locos años veinte, se ha estimulado el crédito y el endeudamiento sin parar, con el fin de incrementar exponencialmente el capital financiero a disposición de las grandes fortunas, ávidas de dinero después de las crisis .com. Es así como algunos se han enriquecido, tomando el pelo a la gente humilde y sin información suficiente sobre las consecuencias de pedir al banco un crédito hipotecario, diciéndoles cosas como “la vivienda es un valor seguro”.

¿Qué están haciendo el gobierno español y la Unión Europea al respecto? Pues a favor de los que están con el agua al cuello, la verdad, muy poco. Las medidas adoptadas o las que se están planificando ahora para el futuro en la próxima cumbre del G-20, van dirigidas a salvar un sistema financiero que ha condenado a muchos a la indigencia. Y es que lo primero es lo primero. El lenguaje humano esconde más de lo que muestra, y más el lenguaje empleado en las páginas de economía de los diarios. Por ejemplo, a la pregunta de por qué el gobierno debía dar dinero a los bancos, cuando éstos siguen teniendo beneficios a pesar de la crisis (el BSCH, por ejemplo, obtendrá a finales de este año unos beneficios de 10.000 millones de euros), el secretario de Política Económica del PSOE, Octavio Granado, respondió que "el Gobierno de España no está regalando dinero a los bancos, sino garantizando sus operaciones para asegurar los depósitos y que exista financiación para la inversión y el empleo". Estas palabras, que buscan justificar lo injustificable, amparan el derecho de los capitalistas a explotar a la gente y a seguir haciéndolo aún con el dinero de los impuestos, teóricamente dirigido a promover la equidad social. ¿Por qué al señor Granado no se le ocurrió decir que el estado podía estimular el empleo directamente, mediante inversión pública, y sin dar ningún dinero a la banca privada? Y si algún banco entra en quiebra, cosa que aún no ha sucedido, que el estado intervenga entonces a favor de los que tienen su dinero depositado en él. ¿Qué culpa tenemos los contribuyentes de que unos desaprensivos hayan jugado a la ruleta rusa con operaciones financieras de alto riesgo? Si corrieron tantos riesgos para ganar dinero fácilmente, que asuman las consecuencias. Los trabajadores de Nissan amenazados por un expediente de regulación de empleo que reducirá la plantilla de la fábrica en un 60% se estarán haciendo en este momento las mismas preguntas. ¿Por qué el estado no acude en su rescate y, en cambio, sí lo hace cuando se trata de cubrir las pérdidas de unos tipos que están podridos de dinero? Seguro que es algo que no entienden, como muchos de nosotros.

Pero dicen que la crisis es mundial y de tal gravedad que exige una “refundación del capitalismo”, en palabras del ilustre Sarkozy. Pero no nos dejemos engañar, “refundación del capitalismo” no significa rectificar y renunciar al neoliberalismo, dar marcha atrás en una globalización que ha incrementado la desigualdad económica al mismo tiempo que la riqueza. Para ellos, significa ahondar aún más la brecha que separa la regulación de la economía mundial de las únicas instituciones democráticas que son elegidas directamente por los ciudadanos: los parlamentos. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y del resto de países que componen el G-20 han decidido poner al FMI –el campeón de la desregulación financiera– al frente de la nueva estructura financiera internacional que están planeando para la próxima cumbre adonde nuestro presidente Zapatero está tan ansioso por acudir. El presidente del FMI ha propuesto al G-20 una serie de medidas que incluyen dar mayor poder a la institución que preside, la misma que ha tenido una parte no pequeña en la preparación de la crisis actual, una institución enemiga de la clase trabajadora y de los pueblos del Tercer Mundo. Es decir, que nuestros mandatarios están aprovechando el clima de miedo e inseguridad existente, no para renunciar al modelo económico predominante los últimos 30 años, como nos quiere convencer su aparato propagandístico, sino para apuntalar dicho modelo en una huída hacia delante sin fin. Algo que las palabras “equidad negativa” definen muy bien.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Por qué se califica de atentado algo que no lo es?

Oscar Martínez

¿Por qué una acción de guerra contra el enemigo occidental en frentes abiertos como Irak, Afganistán o Palestina es sistemáticamente calificada por los medios occidentales de "atentado" y no de "ataque", "acción", "emboscada", "escaramuza", "ofensiva", "batalla", etc., o cualquier otro término que recuerde al lector la idea de un conflicto bélico? Una muestra de lo que digo, es la forma en que se ha informado a la población sobre el último ataque contra tropas españolas acantonadas en Afganistán por parte de resistentes talibanes. Así ha informado el diario El País sobre este hecho:

Chacón visita a los soldados heridos en el atentado en Afganistán. http://www.elpais.com/articulo/espana/Chacon/llega/Afganistan/repatriar/cuerpos/soldados/muertos/elpepuesp/20081110elpepunac_3/Tes.

El "atentado", es cierto, no se ha producido con medios convencionales de guerra (¿pero quién pone las reglas en una guerra? ¿los ricos, o los pobres?). El "arma" utilizada ha sido una furgoneta cargada de explosivos, dirigida por un miliciano suicida, que chocó contra un blindado del ejército español que viajaba en un convoy, en el distrito de Shindand. Muchos verán en los medios utilizados por los talibanes una confirmación de que se trata de "terroristas", pues los soldados "de verdad" utilizan otros instrumentos de muerte tecnológicamente más sofisticados como son las bombas de racimo (1), que dejan ir cuando explotan miles de bombas muy pequeñas en un radio de un kilómetro cuadrado, dejando la zona arrasada y matando todo bicho viviente. Estas bombas siguen matando aún mucho tiempo después de haber sido lanzadas porque un 25% de ellas no explotan, convirtiendo el área en un campo de minas, lo que garantiza bajas civiles. También utilizan uranio empobrecido (2), cuya principal virtud, aparte de fundir el acero como la mantequilla, es dejar en la población autóctona, durante generaciones enteras, la secuela del cáncer y las malformaciones debido a su radioactividad “pobre”, pero suficiente para matar. ¿Qué decir de los misiles teledirigidos, que matan siendo lanzados desde un avión a miles de metros de altitud, desde donde el piloto, a salvo de cualquier represalia, siembra cobardemente la muerte a su antojo? Son "armas inteligentes", aunque no del todo, pues cuando se "equivocan" provocan "daños colaterales" (3), como son volar escuelas, hospitales, refugios antiaéreos, domicilios que albergan a peligrosos "terroristas" y a sus familias, lugares donde se celebran bodas, infraestructuras vitales como son presas o depuradoras, etc., todos ellos “objetivos militares” reconocidos por la Convención de Ginebra. Pero cuando se usa como arma una vulgar furgoneta cargada con algo tan poco sofisticado y tan fácil de encontrar en el mercado negro como son unos explosivos, y en lugar de utilizar un caro sistema de telemando por láser o microondas, o lo que diablos sea, se echa mano de un hombre dispuesto a dar lo más precioso que tiene, la vida, por sus creencias y por defender su país de una invasión extranjera, ésta última un acto claramente ilegal según la legislación internacional (4) que, teóricamente, reconocen los estados agresores (entre ellos, España), entonces, esto no es una acción de guerra, es un “atentado”, que no merece ser considerado ni por un momento como un acto de resistencia legítima. He aquí el quid de la cuestión.

Así que si los talibanes –que, por cierto, en árabe significa “alumnos” – son pobres y no tienen dinero para comprar esos juguetes que tanto gustan a nuestros militares y a los ministros y diputados que deciden por nosotros cuánto dinero debemos gastar del presupuesto estatal en comprarlos a la floreciente industria militar norteamericana (o europea, o española, o vasca, o catalana (5)), sin consultarnos al respecto en lo más mínimo (además de tener que pagar con nuestros impuestos la publicidad que enardece el papel "humanitario" de nuestras fuerzas armadas), nuestros medios, tan objetivos ellos, inmediatamente encuentran la excusa perfecta para llamarlos "terroristas", aunque los muertos de sus acciones no sean civiles, aunque los muertos sean soldados que no han ido de vacaciones, han ido -mejor dicho, los han llevado- a una guerra, sí, a una guerra, una guerra colonial con el objetivo de ganar dinero, sin ir más lejos.

Pero a esos mismos medios nunca se les ocurre llamar "terroristas" a los soldados norteamericanos desplegados en Irak que asesinan a civiles desarmados en los puestos de control, o que disparan indiscriminadamente contra hombres, mujeres y niños en las manifestaciones contra la ocupación militar. Tampoco llaman "terrorista" a una coalición de ejércitos cuya ocupación militar ha provocado, que se sepa, más de 600.000 víctimas civiles en ese país (todas ellas no achacables, sin duda, a los atentados terroristas). No son "terroristas" los soldados y agentes de la CIA que torturan a "sospechosos" en prisiones como Abu Ghraib, Bagram, Guantánamo u otras cuyos nombres no conocemos. Sin embargo, el uso de la tortura como táctica de guerra ha sido asumido y defendido cínicamente por el ejército estadounidense y su ex-secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, eso es algo que está perfectamente probado pero que a ningún editorialista se le pasará por la cabeza calificar de "terrorismo". Tampoco nuestros diarios y nuestros informativos televisados o nuestras radios llamarán "terroristas" a los servicios secretos occidentales (incluyendo el israelí) responsables de la ola de atentados sangrientos que ha dividido a las dos comunidades de musulmanes en Irak, donde antes de la guerra convivían en paz y armonía. Por último, antes que los medios llamen terrorismo a que el ejército israelí asesine de forma premeditada a civiles palestinos no combatientes, incluyendo a niños y niñas, en represalia a las acciones de resistencia armada que los palestinos cometen en defensa de su país, antes que eso ocurra, repito, se rasgará el cielo.

Está claro, pues. "Terrorismo" es cualquier cosa que hace el que se opone a los "civilizados", "los modernos", los "demócratas", se atenga o no se atenga a los valores morales reconocidos por todos o a lo que se considera legítimo en una guerra. Lo que hacen los "nuestros", en cambio, no necesita justificación alguna, aunque lo que hagan debería ser considerado objetivamente como criminal por una mente que careciera de la doble moral de nuestros medios y de nuestros políticos.

Hace poco el director español José Luis Garci estrenó una película -titulada Sangre de mayo- sobre la resistencia civil de los españoles a la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX. Que los tiempos eran otros no es excusa para no apreciar los paralelismos que existen entre la España de esa época, un país atrasado, que Napoleón pretendía colonizar al igual que había hecho en Italia o en otras partes de Europa, y lo que está ocurriendo en Oriente Medio. Dicha película ha sido un encargo de Esperanza Aguirre -la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, gobernada por el PP- para conmemorar los actos ocurridos el 2 y 3 de mayo de 1808 en Madrid, cuando los madrileños se sublevaron contra las tropas francesas. Los mismos que promocionaron la invasión de Irak cuando el orbe entero se les oponía, son los que glorifican ahora la lucha heroica de un pueblo armado con navajas, hoces y garrotes contra el ejército más poderoso del mundo. El salvajismo de aquella guerra ha sido inmortalizado por uno de los primeros periodistas gráficos de la historia, el pintor zaragozano Francisco de Goya y Lucientes, en sus grabados Los desastres de la guerra (6): cuerpos decapitados, ahorcados, desmembrados, locura, sufrimiento y pavor, terror en las acciones de uno y otro bando. ¿No ven que eso, precisamente, es lo que está ocurriendo en lugares como Afganistán, Irak y Palestina, lugares donde antes de la intervención occidental no había nada parecido? No, no lo ven. Están ciegos. Sin embargo, el slogan escogido por Garci para promocionar su película dice textualmente:

"sólo la fuerza del pueblo... puede defender la libertad".

Por cierto, esta crítica también va dirigida a aquellos -incluyéndome a mí mismo- que acudimos masivamente a las manifestaciones en contra de la invasión de Irak. ¿A qué esperamos para actuar con la misma contundencia contra la invasión de Afganistán (7)? ¿En qué se diferencian estos dos conflictos? En nada. Pero Zapatero no es Aznar y se le deja hacer porque tiene “talante” a la hora de matar. Somos tan responsables como él de ayudar al Imperio en Afganistán y otros lugares y eso incluye a toda la izquierda y a los "bienpensantes" de toda laya. Obama ya ha dejado claro que la "guerra buena" es Afganistán. ¿Dejaremos que haga lo mismo que ha hecho Bush en Irak porque es negro, porque es demócrata, porque es liberal y educado, porque es simpático, carismático, guapo, "bronceado"? Reflexionemos sobre ello porque si no lo hacemos tenemos, en el fondo, tan poca moral como los dueños de El País y otra gente de la misma calaña.

Notas:

1. Human Rights Watch. Save Civilians. Ban Cluster Munitions. http://hrw.org/campaigns/clusters/index.htm. El vídeo ofrece imágenes esclarecedoras sobre lo que son estos artefactos del demonio, imágenes que nunca veréis en un informativo de televisión.

2. Global Research. Nothing depleted about 'depleted uranium'. http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=BUL20060122&articleId=1777. Nuevamente, las fotos hablan por sí mismas.

3. Rawa News. Burnt children after a NATO bomb attack. http://www.rawa.org/temp/runews/rawanews.php?id=18. Las imágenes muestran lo bien que lo hacen “nuestros chicos” en Afganistán dando su apoyo a asesinos como éstos.

4. Guerra de agresión. http://es.wikipedia.org/wiki/Delito_de_agresi%C3%B3n.

5. Justícia i Pau. ¡No a la industria aeronáutica militar en Cataluña!. http://www.justiciaipau.org/campanyes.es.shtml?x=6130.

6. Francisco de Goya y Lucientes. http://es.wikipedia.org/wiki/Los_desastres_de_la_guerra.

7. Justícia i Pau. Más d’un centenar de personas asistieron a las Jornadas “¿Qué hace España en Afganistán?”. http://www.justiciaipau.org/noticies.es.shtml?x=9375.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Obama ¿candidato de la izquierda?

Oscar Martínez


Sé que muchas personas de izquierdas han puesto sus esperanzas en que Barak Obama gane las elecciones –como parece que sucederá– para que las cosas comiencen a cambiar y el mundo sea un lugar mejor donde vivir, poniendo fin a esta década nefasta que comenzó el 7 de noviembre del año 2000, cuando George W. Bush alcanzó la presidencia mediante un fraude electoral por todos conocido y, sin embargo, por nadie cuestionado.

Sé que muchas personas de izquierdas ven en el hecho de que Obama sea negro y en que –por primera vez en la historia– un candidato negro tenga posibilidades reales de ganar unas elecciones a presidente de los Estados Unidos de América, un signo de que el stablishment de ese país comienza a resquebrajarse, pues se derriba con ello uno de sus pilares: la creencia en la supremacía blanca que históricamente lo ha caracterizado. Pero, ¿reformará Obama un sistema judicial que condena sistemáticamente a la minoría negra a la cárcel (uno de cada cuatro hombres negros en Estados Unidos, según las estadísticas, pasará una parte de su vida entre rejas)?

Sé que muchas personas de izquierdas argumentan para defender a Obama que el republicano McCain es un continuista de la política ultraderechista de Bush, y que Obama representa la única alternativa real a dicha política, alternativa a la que hay que agarrarse como a un clavo ardiendo. McCain se lo pone fácil con algunas de sus diatribas, acusándole de ser un musulmán oculto y un peligro para la lucha contra el “terrorismo islámico”. Con esos argumentos, es fácil escoger quien es tu candidato.

Sé que muchas personas de izquierdas piensan que Obama no es perfecto, que defiende posturas belicistas como la de incrementar el esfuerzo militar en Afganistán, la “guerra buena” (1), o que da su placet al apartheid sionista en Gaza y Cisjordania (2) –ofreciendo sus servicios al lobby más poderoso de Estados Unidos, el AIPAC (3)–, o que amenaza a Irán con una intervención militar si no se porta bien (4), pero que –aún siendo así– vale la pena confiar en él, pues son las cosas que uno tiene que decir en campaña si quiere ganar unas elecciones en Estados Unidos.

Sé que muchas personas de izquierdas prestan oídos a promesas de Obama como “reformar” el sistema sanitario norteamericano (5). El 62% de los estadounidenses están a favor de una salud pública, financiada con dinero público y están en contra de las aseguradoras privadas, que se enriquecen a costa de la desgracia ajena. En este país mueren al año más de 100.000 personas por falta de atención sanitaria debido a que no tienen contratado un seguro privado de salud y el estado no les ofrece ninguna ayuda compensatoria (6). ¿Ha propuesto Obama en su campaña solucionar esta gran injusticia diciendo sí a la financiación pública de la sanidad? No. La respuesta de por qué no, más adelante.

Sé que muchas personas que no son de izquierdas prefieren a Obama antes que a McCain porque ofrece una oportunidad de restaurar el buen nombre de USA y revertir la pésima imagen que del Imperio tiene ahora el 99% del mundo. Y a estas personas les interesa muchísimo esto, pues Estados Unidos es su modelo de sociedad.

Sé que muchas personas que no son de izquierdas –y muchas de izquierdas también– ven en Obama al Kennedy del siglo XXI, un tipo con la palabra “Hope” (esperanza) y “Change” (cambio) escrita en el rostro. Todo un símbolo de una nueva época anhelada por todos.

Pero también sé que todas estas razones para preferir a Obama antes que a McCain, para justificar a Obama, para votar a Obama, para elegir a Obama, para desear a Obama, no son más que cada una de las trampas en que siempre nos han hecho caer a las gentes de izquierdas con el fin de preservar intacto el sistema de poder que tan maquiavélicamente han diseñado aquellos que les importa bien poco cuál de los dos candidatos ganará estas elecciones y que no están para nada preocupados con lo que pueda ocurrir, pues ellos no se juegan nada.

Para quien albergue serias dudas acerca de lo que aquí afirmo escribo una lista de razones por las que yo no votaría por Obama (ni, por supuesto, por McCain):

1. La primera de todas ya la he dicho: votar por Obama creyendo en el cambio supone ratificar popularmente una democracia que no es tal, una democracia que expulsa a la mayoría de la población de la toma de decisiones colectivas y que pone en su lugar a la clase empresarial, la verdadera depositaria del poder político en Estados Unidos y en el resto del mundo.

2. Aunque votar a Obama supusiera el inicio de un programa de reformas políticas y económicas que mejoraran algo el nivel de vida de la clase trabajadora estadounidense –algo que estoy convencido que no va a suceder en un país tan endeudado–, el edificio del capitalismo norteamericano y sus ansias de poder imperial quedarían intactas. ¿Vale la pena votar por eso?

3. ¿Por qué restaría intacto el edificio del capitalismo norteamericano? Para comprobarlo, debemos echar un vistazo a sus cimientos. La industria militar y el Pentágono, juntos de la mano, detentan un inmenso poder que dicta la política exterior de los Estados Unidos. Las megacorporaciones como Chevron, Halliburton, Exxon Mobil, Monsanto, Wal-Mart, Cargill, Bechtel… tienen a miles de agentes a sueldo operando en Washington para determinar las políticas que deben aprobar congresistas y senadores (7). Los grandes grupos financieros como Bank of America, Citigroup, JP Morgan Chase, etc., tienen un inmenso poder e influencia sobre la economía más endeudada del mundo, o el grupo inversor Carlyle tiene en su nómina a antiguos altos cargos de la administración federal, como el mismísimo George H. W. Bush, padre del actual presidente. Las grandes compañías de la industria de la información y el entretenimiento dicen a todos lo que han de saber y lo que han de pensar, al mismo tiempo que ocultan información vital para que una democracia de verdad funcione. Todas estas empresas gigantescas han financiado la campaña electoral presidencial, tanto la de Obama como la de McCain (8). ¿Alguien cree de verdad que lo han hecho sin pedir nada a cambio?

4. En la historia de los Estados Unidos, siempre ha habido bipartidismo. No hay posibilidad real que un tercer candidato aspire a luchar por la presidencia o fundar un partido con opciones a tener representación en el Capitolio. Si la cosa va mal, el sistema siempre echa mano de una pieza de recambio que ha demostrado una y otra vez que no altera el funcionamiento real de la máquina. Así, republicanos y demócratas son intercambiables y funcionan de hecho como un solo partido. ¿Hemos olvidado ya que fueron los demócratas, con la sola excepción de un congresista, los que votaron con los republicanos a favor de la invasión de Irak?

5. Para mí, esta última es la razón más importante. Corremos un serio peligro de que un capitalismo “en crisis” inicie, una vez más, una operación de lavado de cara que ya algunos líderes mundiales comienzan a anunciar como la buena nueva. Si gana Obama, no hay duda de que encabezará en el imaginario colectivo dicha operación, pues los medios de comunicación se encargaran de que así sea. Para los que no creemos en el capitalismo bajo ninguna de sus formas, para los que deseamos un cambio real, una sociedad completamente nueva y una economía al servicio de las personas y no al revés, Obama es el gran peligro, el gran enemigo, no McCain. Se puede decir más alto, pero no más claro.


Notas:

1. José Ignacio Torreblanca. El País. Perder la guerra buena. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Perder/guerra/buena/elpepiint/20081006elpepiint_8/Tes.

2. El País. Obama reitera su compromiso con la seguridad de Israel. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Obama/reitera/compromiso/seguridad/Israel/elpepuint/20080723elpepuint_13/Tes.

3. American Israel Public Affairs Committee (AIPAC). http://es.wikipedia.org/wiki/AIPAC.

4. El País. Obama refuerza su candidatura en el segundo debate. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Obama/refuerza/candidatura/segundo/debate/elpepuint/20081008elpepuint_7/Tes.

5. El Mundo. La salud, el nuevo reto de McCain y Obama. http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/06/12/medicina/1213294966.html.

6. Vicenç Navarro. El País. ¿Por qué la salud es de pago en EE UU? http://www.elpais.com/articulo/opinion/salud/pago/EE/UU/elpepiopi/20080806elpepiopi_11/Tes.

7. Pablo Pardo. Los 'lobbies' o el «mercado de favores» de la K Street. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=40473.

8. Vicenç Navarro. op. cit.