domingo, 2 de noviembre de 2008

Obama ¿candidato de la izquierda?

Oscar Martínez


Sé que muchas personas de izquierdas han puesto sus esperanzas en que Barak Obama gane las elecciones –como parece que sucederá– para que las cosas comiencen a cambiar y el mundo sea un lugar mejor donde vivir, poniendo fin a esta década nefasta que comenzó el 7 de noviembre del año 2000, cuando George W. Bush alcanzó la presidencia mediante un fraude electoral por todos conocido y, sin embargo, por nadie cuestionado.

Sé que muchas personas de izquierdas ven en el hecho de que Obama sea negro y en que –por primera vez en la historia– un candidato negro tenga posibilidades reales de ganar unas elecciones a presidente de los Estados Unidos de América, un signo de que el stablishment de ese país comienza a resquebrajarse, pues se derriba con ello uno de sus pilares: la creencia en la supremacía blanca que históricamente lo ha caracterizado. Pero, ¿reformará Obama un sistema judicial que condena sistemáticamente a la minoría negra a la cárcel (uno de cada cuatro hombres negros en Estados Unidos, según las estadísticas, pasará una parte de su vida entre rejas)?

Sé que muchas personas de izquierdas argumentan para defender a Obama que el republicano McCain es un continuista de la política ultraderechista de Bush, y que Obama representa la única alternativa real a dicha política, alternativa a la que hay que agarrarse como a un clavo ardiendo. McCain se lo pone fácil con algunas de sus diatribas, acusándole de ser un musulmán oculto y un peligro para la lucha contra el “terrorismo islámico”. Con esos argumentos, es fácil escoger quien es tu candidato.

Sé que muchas personas de izquierdas piensan que Obama no es perfecto, que defiende posturas belicistas como la de incrementar el esfuerzo militar en Afganistán, la “guerra buena” (1), o que da su placet al apartheid sionista en Gaza y Cisjordania (2) –ofreciendo sus servicios al lobby más poderoso de Estados Unidos, el AIPAC (3)–, o que amenaza a Irán con una intervención militar si no se porta bien (4), pero que –aún siendo así– vale la pena confiar en él, pues son las cosas que uno tiene que decir en campaña si quiere ganar unas elecciones en Estados Unidos.

Sé que muchas personas de izquierdas prestan oídos a promesas de Obama como “reformar” el sistema sanitario norteamericano (5). El 62% de los estadounidenses están a favor de una salud pública, financiada con dinero público y están en contra de las aseguradoras privadas, que se enriquecen a costa de la desgracia ajena. En este país mueren al año más de 100.000 personas por falta de atención sanitaria debido a que no tienen contratado un seguro privado de salud y el estado no les ofrece ninguna ayuda compensatoria (6). ¿Ha propuesto Obama en su campaña solucionar esta gran injusticia diciendo sí a la financiación pública de la sanidad? No. La respuesta de por qué no, más adelante.

Sé que muchas personas que no son de izquierdas prefieren a Obama antes que a McCain porque ofrece una oportunidad de restaurar el buen nombre de USA y revertir la pésima imagen que del Imperio tiene ahora el 99% del mundo. Y a estas personas les interesa muchísimo esto, pues Estados Unidos es su modelo de sociedad.

Sé que muchas personas que no son de izquierdas –y muchas de izquierdas también– ven en Obama al Kennedy del siglo XXI, un tipo con la palabra “Hope” (esperanza) y “Change” (cambio) escrita en el rostro. Todo un símbolo de una nueva época anhelada por todos.

Pero también sé que todas estas razones para preferir a Obama antes que a McCain, para justificar a Obama, para votar a Obama, para elegir a Obama, para desear a Obama, no son más que cada una de las trampas en que siempre nos han hecho caer a las gentes de izquierdas con el fin de preservar intacto el sistema de poder que tan maquiavélicamente han diseñado aquellos que les importa bien poco cuál de los dos candidatos ganará estas elecciones y que no están para nada preocupados con lo que pueda ocurrir, pues ellos no se juegan nada.

Para quien albergue serias dudas acerca de lo que aquí afirmo escribo una lista de razones por las que yo no votaría por Obama (ni, por supuesto, por McCain):

1. La primera de todas ya la he dicho: votar por Obama creyendo en el cambio supone ratificar popularmente una democracia que no es tal, una democracia que expulsa a la mayoría de la población de la toma de decisiones colectivas y que pone en su lugar a la clase empresarial, la verdadera depositaria del poder político en Estados Unidos y en el resto del mundo.

2. Aunque votar a Obama supusiera el inicio de un programa de reformas políticas y económicas que mejoraran algo el nivel de vida de la clase trabajadora estadounidense –algo que estoy convencido que no va a suceder en un país tan endeudado–, el edificio del capitalismo norteamericano y sus ansias de poder imperial quedarían intactas. ¿Vale la pena votar por eso?

3. ¿Por qué restaría intacto el edificio del capitalismo norteamericano? Para comprobarlo, debemos echar un vistazo a sus cimientos. La industria militar y el Pentágono, juntos de la mano, detentan un inmenso poder que dicta la política exterior de los Estados Unidos. Las megacorporaciones como Chevron, Halliburton, Exxon Mobil, Monsanto, Wal-Mart, Cargill, Bechtel… tienen a miles de agentes a sueldo operando en Washington para determinar las políticas que deben aprobar congresistas y senadores (7). Los grandes grupos financieros como Bank of America, Citigroup, JP Morgan Chase, etc., tienen un inmenso poder e influencia sobre la economía más endeudada del mundo, o el grupo inversor Carlyle tiene en su nómina a antiguos altos cargos de la administración federal, como el mismísimo George H. W. Bush, padre del actual presidente. Las grandes compañías de la industria de la información y el entretenimiento dicen a todos lo que han de saber y lo que han de pensar, al mismo tiempo que ocultan información vital para que una democracia de verdad funcione. Todas estas empresas gigantescas han financiado la campaña electoral presidencial, tanto la de Obama como la de McCain (8). ¿Alguien cree de verdad que lo han hecho sin pedir nada a cambio?

4. En la historia de los Estados Unidos, siempre ha habido bipartidismo. No hay posibilidad real que un tercer candidato aspire a luchar por la presidencia o fundar un partido con opciones a tener representación en el Capitolio. Si la cosa va mal, el sistema siempre echa mano de una pieza de recambio que ha demostrado una y otra vez que no altera el funcionamiento real de la máquina. Así, republicanos y demócratas son intercambiables y funcionan de hecho como un solo partido. ¿Hemos olvidado ya que fueron los demócratas, con la sola excepción de un congresista, los que votaron con los republicanos a favor de la invasión de Irak?

5. Para mí, esta última es la razón más importante. Corremos un serio peligro de que un capitalismo “en crisis” inicie, una vez más, una operación de lavado de cara que ya algunos líderes mundiales comienzan a anunciar como la buena nueva. Si gana Obama, no hay duda de que encabezará en el imaginario colectivo dicha operación, pues los medios de comunicación se encargaran de que así sea. Para los que no creemos en el capitalismo bajo ninguna de sus formas, para los que deseamos un cambio real, una sociedad completamente nueva y una economía al servicio de las personas y no al revés, Obama es el gran peligro, el gran enemigo, no McCain. Se puede decir más alto, pero no más claro.


Notas:

1. José Ignacio Torreblanca. El País. Perder la guerra buena. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Perder/guerra/buena/elpepiint/20081006elpepiint_8/Tes.

2. El País. Obama reitera su compromiso con la seguridad de Israel. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Obama/reitera/compromiso/seguridad/Israel/elpepuint/20080723elpepuint_13/Tes.

3. American Israel Public Affairs Committee (AIPAC). http://es.wikipedia.org/wiki/AIPAC.

4. El País. Obama refuerza su candidatura en el segundo debate. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Obama/refuerza/candidatura/segundo/debate/elpepuint/20081008elpepuint_7/Tes.

5. El Mundo. La salud, el nuevo reto de McCain y Obama. http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/06/12/medicina/1213294966.html.

6. Vicenç Navarro. El País. ¿Por qué la salud es de pago en EE UU? http://www.elpais.com/articulo/opinion/salud/pago/EE/UU/elpepiopi/20080806elpepiopi_11/Tes.

7. Pablo Pardo. Los 'lobbies' o el «mercado de favores» de la K Street. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=40473.

8. Vicenç Navarro. op. cit.

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